Debemos darle un lugar especial a San José, no porque sea una tradición en la Iglesia o por las gracias especiales que se pueden obtener, sino porque San José es nuestro mejor Intercesor, el padre de Jesús y porque se preocupa por todos nosotros, intercediendo incluso en los asuntos más pequeños.
Como José, que “es manso y humilde de corazón” Hagámonos nosotros humildes ante su presencia y pidámosle las gracias que él nos quiera alcanzar en este tiempo.
Ver como Jesús aprende de San José.
En esta homilía de San José María Escrivá se muestran aspectos como este.
Oremos: Oh Dios, que en tu inefable providencia, te dignaste elegir a San José por Esposo de tu Santísima Madre: concédenos, te rogamos, que merezcamos tener por intercesor en el cielo al que veneramos como protector en la tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
Leer sobre San José es, con mucho, una de las mejores formas de acercarte a los misterios que te reserva a ti el Señor. Permíteme que te recomiende estas lecturas.
«La sombra del Padre»
Jan Dobraczynski.
V. El ángel del Señor se apareció en sueños a José. R. Para que no repudiara a María.
Dios te salve, José, rico eres en gracia, el Señor es contigo. Bendito tú eres entre todos los varones y bendito es el fruto del vientre de María, Jesús. San José, padre adoptivo del Hijo de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
V. José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa. R. Pues lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo.
Dios te salve, José, rico eres en gracia, el Señor es contigo. Bendito tú eres entre todos los varones y bendito es el fruto del vientre de María, Jesús. San José, padre adoptivo del Hijo de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
V. Dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. R. Porque salvará a su pueblo de sus pecados.
Dios te salve, José, rico eres en gracia, el Señor es contigo. Bendito tú eres entre todos los varones y bendito es el fruto del vientre de María, Jesús. San José, padre adoptivo del Hijo de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
V. Ruega por nosotros, glorioso Patriarca san José. R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oremos. Sostenidos por el patrocinio del Esposo de tu Santísima Madre, rogamos Señor de tu clemencia hagas que nuestros corazones, despreciando todo lo terrenal, te amen, a ti, Dios verdadero, con perfecta caridad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. R. Amén.
b Eb Gm C F Un te quiero mudo en un silencio acogedor Bb Eb Gm F Un humilde carpintero duerme en brazos a su Dios Bb Eb Gm C F Un te quiero mudo en un silencio acogedor Bb Eb Gm F Un humilde carpintero mira a los ojos a Dios
SAN JOSÉ
S – Silencio: Lugar de la escucha de Dios.
A – Adoración: A Jesús desde que nace, desde la cercanía.
N – Normal: Lo extraordinario en lo ordinario.
J – Jovial: Digno del que se siente en la cercanía de Dios.
O – Obediencia: Al anuncio del Ángel.
S – Segundo Plano: Simbolo de humildad.
E – Enternecedor: Cuidados delicados a la Sagrada Familia.
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