#EvangelioDeHoy
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Primera Lectura
Vino la palabra del Señor del universo diciendo:
«Esto dice el Señor del universo:
Vivo una intensa pasión por Sion,
siento unos celos terribles por ella».
«Esto dice el Señor:
Voy a volver a Sion,
habitaré en Jerusalén.
Llamarán a Jerusalén
“Ciudad Fiel”,
y al monte del Señor del universo,
“Monte Santo”».
«Esto dice el Señor del universo:
De nuevo se sentarán ancianos y ancianas
en las calles de Jerusalén;
todos con su bastón,
pues su vida será muy larga.
Y sus calles estarán llenas
de niños y niñas jugando».
«Esto dice el Señor del universo:
Y si al resto de este pueblo
le parece imposible
que suceda esto en aquellos días,
¿será también imposible para mí?».
—oráculo del Señor del universo—.
«Esto dice el Señor del universo:
Aquí estoy yo para salvar
a mi pueblo de Oriente a Occidente.
Los traeré y vivirán
en Jerusalén;
ellos serán mi pueblo
y yo seré su Dios
en fidelidad y justicia».
R/. El Señor reconstruyó Sion, y apareció en su gloria.
Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión,
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R/.
Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R/.
Los hijos de tus siervos vivirán seguros,
su linaje durará en tu presencia,
para anunciar en Sion el nombre del Señor,
y su alabanza en Jerusalén,
cuando se reúnan unánimes los pueblos
y los reyes para dar culto al Señor. R/.
Salmo
En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
-«¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?»
Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo:
-«Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mi. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial.»
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