«El que no está contra nosotros está a favor nuestro». San Marcos 9, 38-40.
La sabiduría educa a sus hijos y se cuida de los que la buscan.
El que la ama, ama la vida, y los que madrugan por ella se llenarán de gozo.
El que la adquiere heredará la gloria y dondequiera que vaya, el Señor lo bendecirá.
Los que sirven, sirven al Santo, y el que a ella se aplica, vivirá seguro.
Si confía en ella, la recibirá en herencia, y sus descendientes la tendrán en posesión.
Porque al principio lo lleva por caminos tortuosos y lo escrutará con cuidado; le infunde miedo y temblor, lo atormenta con su disciplina, hasta que pueda confiar en él, y lo pone a prueba con sus exigencias.
Pero luego vuelve a él por el camino recto, lo colma de alegría y le revela sus secretos, y lo enriquecerá de ciencia y de conocimiento recto.
Si él se desvía, lo abandonará y lo dejará a merced de su propia ruina.
Mucha paz tiene los que aman tu ley,
y nada los hace tropezar. R/.
Guardo tus preceptos y tus mandatos,
y tú tienes presentes mis caminos. R/.
De mis labios brota la alabanza,
porque me ensañaste tus decretos. R/.
Mi lengua canta tu promesa,
porque todos tus preceptos son justos. R/.
Ansío tu salvación, Señor,
tu ley es mi delicia. R/.
Que mi alma viva para alabarte,
que tus mandamientos me auxilien. R/.
En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús:
«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros».
Jesús respondió:
«No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro».
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