Reflexión del Evangelio del 4 de septiembre

#EvangelioDelDía

D. RAFAEL

D. Rafael

¡Buenos días! ¡Hoy es vigésimo segundo Sábado del Tiempo Ordinario – Año Impar!

#EvangelioDelDía

Primera Lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 21-23

Hermanos:
Vosotros, en otro tiempo, estabais también alejados y erais enemigos por vuestros pensamientos y malas acciones; ahora en cambio, por la muerte que Cristo sufrió en su cuerpo de carne, Dios os ha reconciliado para ser admitidos a su presencia santos, sin mancha y sin reproche, a condición de que permanezcáis cimentados y estables en la fe, e inamovibles en la esperanza del Evangelio que habéis escuchado: el mismo que se proclama en la creación entera bajo el cielo, del que yo, Pablo, he llegado a ser servidor.

Sal 53, 3-4. 6 y 8

R/. Dios es mi auxilio

V/. Oh Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mi con tu poder.
Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras. R/.

V/. Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dando gracias a tu nombre, que es bueno. R/.

Salmo

Segunda Lectura

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 5, 21-32

Hermanos:
Sed sumisos unos a otros en el temor de Cristo: las mujeres, a sus maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo.

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia: Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para presentársela gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpo suyos que son.

Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.

«Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán os dos una sola carne».

Es este un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 1-5

Un sábado, iba Jesús caminando por medio de un sembrado y sus discípulos arrancaban y comían espigas, frotándolas con las manos.
Unos fariseos dijeron:
«¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?».
Respondiendo Jesús, les dijo:
«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros sintieron hambre?
Entró en la casa de Dios, y tomando los panes de la proposición, que solo está permitido comer a los sacerdotes, comió él y dio a los que estaban con él».
Y les decía:
«El Hijo del hombre es señor del sábado».

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