Reflexión del Evangelio – 11 de diciembre

#EvangelioDelDía

D. Rafael

D. Rafael

¡Buenos días! ¡Hoy es Santa Maravillas de Jesús!

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Primera Lectura

Lectura del libro del Cantar de los cantares 8, 6-7

Grábame como un sello en tu brazo,como un sello en tu corazón, porque es fuerte el amor como la muerte, es cruel la pasión como el abismo; es centella de fuego, llamarada divina; las aguas torrenciales no podrán apagar el amor, ni anegarlo los ríos.
Si alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable.

Sal 44, 11-12. 14-15. 16-17

R. Llega el Esposo; salid a recibir a Cristo, el Señor.
 
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna,
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu Señor. R.
Llega el Esposo; salid a recibir a Cristo, el Señor.
 
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras. R.
Llega el Esposo; salid a recibir a Cristo, el Señor.
 
Las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
A cambio de tus padres, tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra. R.
Llega el Esposo; salid a recibir a Cristo, el Señor.

Salmo

Segunda Lectura

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro 3, 8-14

No olvidéis una cosa, queridos míos, que para el Señor un día es como mil años y mil años como un día.
El Señor no retrasa su promesa, como piensan algunos, sino que tiene paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie se pierda sino que todos accedan a la conversión.
Pero el Día del Señor llegará como un ladrón. Entonces los cielos desaparecerán estrepitosamente, los elementos se disolverán abrasados y la tierra con cuantas obras hay en ella quedará al descubierto.
Puesto que todas estas cosas van a disolverse de este modo, ¡qué santa y piadosa debe ser vuestra conducta, mientras esperáis y apresuráis la llegada del Día de Dios!
Ese día los cielos se disolverán incendiados y los elementos se derretirán abrasados.
Pero nosotros, según su promesa, esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva en los que habite la justicia.
Por eso, queridos míos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él, intachables e irreprochables.

Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 10, 38-42

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo:
–«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.»
Pero el Señor le contestó:
–«Marta, Marta: andas inquieta y nerviosa con tantas cosas: sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán.»

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